El Congreso rechaza la investidura de Rajoy

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Como estaba previsto, nada de sorpresas, la votación acabó con 170 votos a favor, 180 en contra y ninguna abstención. 


El guión se cumplió y Mariano Rajoy no consiguió recabar el miércoles el apoyo de la mayoría del Congreso de los Diputados para ser investido presidente por mayoría absoluta y el curso del debate no hace previsible que pueda hacerlo tampoco con mayoría simple el viernes. No hubo sorpresas y se impusieron los 180 votos en contra a los 170 a favor.


La votación fue pública y por llamamiento, es decir, los diputados fueron poniéndose en pie para proclamar su voto a viva voz. Un sorteo deparó que la ronda comenzase con la socialista Elvira Ramón, que gritó 'no'. Los últimos en votar fueron los miembros del Gobierno y los de la Mesa de la Cámara, acabando por la presidenta, Ana Pastor, que fue 'sí'.


Como se esperaba, los 180 votos en contra de Rajoy fueron de diputados del PSOE, Unidos Podemos-En Comú-En Marea, Esquerra Republicana (ERC), PNV, la antigua Convergència (hoy PDC), Compromís, Bildu, y Nueva Canarias.


Rajoy fue derrotado habiendo logrado el respaldo de 170 diputados, que representan el 48,5% de la Cámara. Le apoyaron los del PP, Ciudadanos, Coalición Canaria (CC) y sus aliados electorales UPN y Foro Asturias.


EL VIERNES, SEGUNDA OPORTUNIDAD


Conforme a lo que establece la normativa, el candidato tendrá una segunda oportunidad de ser investido el próximo viernes, cuando los diputados volverán a votar en una sesión en la que sería suficiente una mayoría simple, por lo que once abstenciones bastarían al presidente en funciones si no consigue más apoyos.


Pero en el día y medio de debate se puso de manifiesto que las diferencias entre los grupos parlamentarios son aún más grandes si cabe a pesar de que son ya dos las elecciones celebradas en seis meses.


En los ocho meses transcurridos de gobierno en funciones no ha habido capacidad de alcanzar un acuerdo de mínimos para acabar con la interinidad y evitar unas terceras elecciones en diciembre.


Particularmente virulentos fueron los ataques entre los dos mayores partidos, con Rajoy y el líder del PSOE Pedro Sánchez, acusándose mutuamente del apagón institucional y mostrando una rivalidad casi epidérmica que no permite abrigar muchas esperanzas de acercamiento si no cambian sus actores.


"Usted no es de fiar", dijo el líder del PSOE que, con sus 85 diputados, es vital para la investidura de Rajoy sin dejar dudas sobre su voto negativo también en la sesión del viernes.


Entretanto, el líder de la formación antiausteridad Podemos, Pablo Iglesias, volvió a tender la mano a los socialistas para un gobierno alternativo al que tampoco le salen las cuentas. "Somos de fiar", dijo en un guiño a Sánchez.


SEGUIRÁ EN LA BATALLA


Rajoy cerró su intervención ante el Pleno del Congreso garantizando que seguirá dando "la batalla" pensando "siempre en defender el interés general de España".


En su última intervención en el debate de investidura, advirtió de que "gobernar en el futuro será difícil" no solo por la composición de la Cámara, más fragmentada que antes de que llegaran las formaciones emergentes, sino por los diversos retos que tiene ante sí el país, entre ellos la necesidad de reducir el déficit público o las "dudas" sobre el futuro económico de Europa.


Rajoy se mostró "orgulloso" de la gestión de su Gobierno durante estos años difíciles y, aunque reconoció haber "cometido algunos errores", hizo un balance de conjunto "positivo". Por eso, animó a los diputados 'populares' a "continuar en la batalla". "Yo lo haré, pase lo que pase, siempre en defensa del interés general, que es lo único que me interesa", aseguró.


AGRADECIMIENTO A CIUDADANOS


También agradeció a Ciudadanos el apoyo a su investidura y consideró que el pacto firmado con ellos supone "una buena base para conseguir mejoras en el funcionamiento de muchas cosas" en España.


Pero también dio las gracias a aquellos partidos que concurrieron a las elecciones en coalición con el PP, así como a Coalición Canaria, por apoyar también su investidura, y al resto de los diputados que tomaron la palabra este miércoles. "Creo que hemos hecho un debate más razonable que en otras ocasiones", zanjó.


VUELTA A LA CUENTA ATRÁS


En el caso de que la votación del viernes volviese a tener resultado negativo, la maquinaria institucional ya está camino de las terceras elecciones en un año.


Pero los grupos políticos todavía tendrían dos meses para evitar la llamada a las urnas el día de Navidad que cada vez provoca más enfado y rechazo entre la población.


Hasta el 31 de octubre podría teóricamente convocarse una nueva sesión de investidura si el rey lo decide, a la vista de las reuniones con las fuerzas políticas.


Diversos analistas consideran probable que pasadas las elecciones regionales en Galicia y el País Vasco el 25 de septiembre, las negociaciones entre los partidos puedan avanzar.


El propio Rajoy reconoció el domingo que no descarta volver a presentarse a otra sesión de investidura "no necesariamente después" de las elecciones en Galicia.


Rajoy reconoció el miércoles no tener los votos suficientes pero, al igual que hizo en su discurso para pedir el voto la víspera, miró a un futuro difícil de atisbar al señalar que España no necesita solo formar gobierno sino un gobierno estable, con una mayoría que permita aprobar leyes.


"Yo ya sé que no tengo mayoría para ser investido (...) de lo que se trata de verdad es de tener un gobierno duradero, estable y capaz", dijo.


Y es que un gobierno en minoría podría también ser el preludio de nuevos comicios salvo que el parlamento fuese capaz de aprobar unos presupuestos generales.

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