Mucho juego, poca pólvora

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Este Italia-España tenía un sabor a partido clásico, de los de siempre. y precisamente ocurrió lo de casi siempre, si eliminamos los últimos años en los que la roja ha dominado el fútbol mundial. Es decir, la selección transalpina, tan competitiva como siempre, utilizó el 'catenaccio' como arma principal de su juego, mientras que la selección española buscó el balón como recurso, con posesiones que llegaron a ser de 73-27% para los nuestros. Pero ello no se trasladó al marcador final, un buen resultado pero que deja a España con una sensación agridulce, especialmente tras encajar un gol de penalti en el 81' cuando el partido parecía controlado.

No obstante España jugó una primera parte ejemplar, con un dominio total de todas las facetas del juego: presión, anticipación, juego aéreo, velocidad y, especialmente, toque. Pero faltaba algo de profundidad y remate y sin eso el gol es difícil. Parte de la responsabilidad en este sentido la tiene Diego Costa, el jugador del Chelsea se metió en más de un enfrentamiento ante la dura defensa italiana que fue sacándole del partido hasta el punto de rozar la expulsión por desplazar el balón con una tarjeta amarilla a cuesta. Sin embargo, en todo lo demás, la selección era superior, con Silva e Iniesta como directores de orquesta con la espalda bien cubierta por Busquets, que movían al equipo con soltura y presición. Las estadísticas al descanso eran claras: 6 remates de España por ninguno de Italia, 70% de posesión de la Roja por un pobre 30% de la azzurra,...

La segunda parte comenzó con la misma tónica. Una selección italiana agazapada frente a una España mandona, pero el gol llegó de la manera más inesperada. Un fallo de Buffon que no golpeó el balón ante la presencia de Vitolo que seguía un pase en profundidad, terminó en la red plácidamente empujada por el jugador sevillista. Victoria moméntanea justa de la Roja que comenzó a gustarse aún más ante los espacios que empezaba a generar la azzurra tras un leve paso adelante en busca del empate. La tuvo Vitolo nuevamente en un mano a mano que mandó fuera por poco. También Silva al que el último control le privó de un remate franco desde el punto de penalti. España acumulaba ocasiones y córner pero Italia hizo lo que hace desde siempre: competir, aunque sea desde la inferioridad. Ese gen competitivo y la entrada de Inmobile fue suficiente para merodear el área de De Gea que empezó a inquietarse aunque sin ninguna parada de mérito. Así, en uno de los arreones italianos, el balón llegó a Florenzi que intentó centrar desde la derecha, su balón rebotado quedó en tierra de nadie. Allí fue Ramos y también Pelle, un choque de trenes en el que el italiano llegó antes que el español al balón. Penalti que pitó el árbitro a instancias de su linier. Gol de De Rossi. Empate con 9 minutos por delante. Ahí tuvo su momento Italia, como le gusta, a base de fuerza y casta apoyado por los tiffosi que habían permanecido callados gran parte del partido.

Se llegó al final con la sensación de que España tuvo la vitoria en su mano, lo que hubiera encarrilado su camino hacia el primer puesto del grupo, el único que da acceso directo al Mundial de Rusia en el 2018. Ahora toca Albania, líder del grupo, una salida difícil que España afronta con la necesidad de ganar. Pero eso será el domingo.

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