Jornada gris para Betis y Sevilla

Sevilla FC y Real Betis no pudieron ganar en la décima jornada de la Liga Santander y dan un paso atrás en sus aspiraciones clasificatorias. Mientras los nervionenses empataron a 1 en casa del Sporting de Gijón a pesar de que todo se le puso de cara al adelantarse en el marcador a los 4 minutos, peor le fueron las cosas a los helipolitanos que perdieron en casa frente a un Espayol que hizo lo justo (marcar un gol) para llevarse los 3 puntos del Benito Villamarín que empieza a parecer una bicoca más que un fortín.

Comenzando por el partido jugado este domingo, el Betis volvió a dar un paso atrás, sigue sin un patrón de juego definido y, jugando con dos delanteros, fue incapaz de marcarle un gol al Español que vino a defenderse y encontrar su oportunidad (frente al equipo verdiblanco siempre cae alguna) para llevarse los 3 puntos en litigio. La gente volvió a pedir la marcha de un entrenador que casa semana prueba cosas con el mismo resultado, al menos en lo que a juego se refiere, ya que el Betis volvió a mostrarse plano en el juego, sin profundidad en las bandas y con poco carácter competitivo en buena parte del partido.

No empezó mal el equipo verdiblanco que pronto se hizo con el balón ante la tibia presión de su rival que se contentó con esperar en su campo la oportunidad de robar el balón y montar una contra. Así, la primera media hora de juego (soporífero) solo se vio alterada por un par de acciones de méritos en ataque del Betis que acabó con un buen tiro de Sanabria, muy activo, que acabó sacado con una gran mano el portero españolista, y un disparo de un apagado Rubén Castro que tiró alto con todo a su favor tras una dejada de Joaquín. Un par de sustos dio el equipo visitante en el tramo final y comenzaron a llegar los pitos de la afición que despidió con bronca a su equipo que ofrecía muy poco, al contrario de lo que pregonaba su entrenador.

A la vuelta de vestuarios salió un Betis distinto. Presionante y profundo por las bandas que generó hasta tres ocasiones en 10 minutos a través de Pezzela y Rubén Castro, pero como en otras ocasiones fue el efecto gaseosa y poco a poco volvió el panorama insulso aunque lo peor estaba por venir. En el 23, un rebote a tiró blando del Español acabo en córner y eso es sinónimo de peligro para la portería verdiblanca ante la falta de contundencia de sus sistema defensivo. Así fue y Diego Reyes cabeceó absolutamente solo en el área pequeña para fusilar a Adán que casi fue un mero espectador salvo un par de acciones y, eso sí, mucho juego con los pies. La grada se volvió hacía el banquillo donde Poyet comenzaba a mover piezas mientras apenas salía a ras de césped. Cejudo y Nahuel por Joaquín y Martin, más tarde Alex Alegría por Rafa Navarro para dejar una defensa de 3 y tres delanteros pero el Betis carecía de un conductor de juego (Ceballos en la grada) y apostaba por el juego en largo. A punto estuvo de empatar en la última jugada cuando Pezzela en un córner remató pero Diego López y el larguero salvó a su equipo. La cosa pinta mal para el enésimo proyecto bético con un técnico sentenciado por la grada, jugadores que no dan la talla, falta de gol y contundencia en defensa. Todo se parece demasiado al pasado, desgraciadamente.

El Sevilla, falto de contundencia

Quizás en otro momento, un empate en El Molinón, plaza poco propicia para los sevillista, el emparte a 1 se hubiera dado por bueno, pero después de vencer jugando muy bien al Atlético de Madrid, y estando situado en la parte alta de la clasificación (segundo tras el Real Madrid), se esperaba más de los pupilos de Sampaoli que además se trajo un sancionado para el partido frente al Barcelona (Mercado) y la lesión de Nasri que a falta de pruebas pinta a rotura muscular.

La primera parte no fue del todo buena para el Sevilla a pesar que a los 4 minutos se adelantó en el marcador tras jugadas de ben Yedder y Vietto. Sampaoli ha cogido el pulso al equipo y jugó con dos delanteros, su cara más ofensiva cuando el rival es de la parte baja de la clasificación. Todo parecía encarrilado para una tarde plácida pero no pudo ser. El Sporting de Gijón encontró vías de entrada a la portería sevillistas y tras dos avisos empató el partido. También tuvo sus opciones los sevillistas, especialmente un disparo al palo de Vázquez, pero se veía que el equipo no estaba a gusto, con sus estrellas, especialmente Nari, apagadas.  

En la segunda parte, en cambio, el Sevilla apareció distinto y se hizo muy pronto con el control del juego y fueron llegando ocasiones, bastante claras en algún caso como el remate de cabeza de Ramí y Mercado casi a continuación una de la otra. Intentó abrir las bandas Sampaoli con la entrada de Sarabia ante el cerrojo propuesto por el Sporting en este periodo y el conjunto sevillista fue descaradamente por el partido pero falta precisión en los metros finales tanto en el pase como en el remate. Los últimos minutos fueron fuego de artificio ya que el Sevilla llegaba una y otra vez en las inmediaciones del área sportinguista pero se quedaba ahí para desesperación de sus aficionados. Al final un punto, que puede ser valioso pero que sabe a poco actualmente tras una racha de cinco victorias seguidas y la llegada del Fútbol Club Barcelona el próximo sábado a Nervión.