La cuenta atrás de Poyet

|

Los resultados mandan y la imagen del Real Betis en los últimos partidos tampoco ha ayudado mucho a su entrenador, Gustavo Poyet, que parece tener los días contados en el club. La presión popular, campaña en redes sociales incluidos, la clasificación del equipo a dos puntos del descenso, y el mal juego, ha llevado a los dirigentes verdiblancos a plantear seriamente la sustitución del técnico que cuenta, únicamente, con el apoyo cada vez más débil del Director Deportivo Miguel Torrecilla.

Todo hace indicar un relevo en el banquillo del Betis pero no se puede dar nada por sentado, y menos aún en fútbol. Que ya hayan sonado entrenadores para dirigir al equipo, que no haya ninguna comunicación desde los despachos que desmienta la operación, que queden casi dos semanas para la vuelta a la competición y, especialmente, la imagen de un equipo sin alma ni reacción alguna, son síntomas claros del cambio en el banquillo. Pero al mismo tiempo, el coste de la operación de despido, la figura de Poyet como una de las piedras angulares del proyecto y gastar la bala del cambio de entrenador antes de tiempo, puede ser indicativo de que el técncio charrúa podría sobrevivir una jornada más al frente del equipo.

No obstante, la tensión vivida tras las protestas de aficionados a la vuelta del equipo de Villarreal, la propuesta de acciones en las redes sociales planteando diversas formas de protestar en el próximo partido (no acudir al Benito Villamarín o marcharse tras cantar el himno minutos antes del inicio) así como el reciente anuncio de los Supporters de la ruptura de relaciones con la actual directiva, hacen prever un cambio más pronto que tarde.

Los nombres de Javi Gracia, ex del Málaga y actual técnico del Rubín Kazan, Merino e incluso Mel han sonado durante las últimas horas como posible relevo, señal inequívoca que el club se mueve para el relevo a corto plazo, más allá de la veracidad de estas informaciones.

Parece que se está a la espera de cerrar el entrenador de un sustituto de garantías antes de proceder a la destitución pero no se descarta incluso que Poyet siga hasta el partido del próximo 18 de noviembre ante la UD Las Palmas, un encuentro en el que se viviría un ambiente casi irrespirable para técnicos y jugadores, lo que añade una presión añadida para todos los estamentos del club.

Mientras el reloj corre en su contra, Poyet apuesta por la normalidad y ayer entrenó con sus jugadores, excepto lesionados e internacionales, en una jornada de puertas cerradas, con más presencia de seguridad privada ante posibles protestas que no llegaron. 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.