El Betis quita una de las ilusiones de la temporada a sus aficionados

|

Corua betis

Un año más, el Real Betis vuelve a tirar por la borda una competición que ilusiona a sus aficionados, esta Copa del Rey medio dirigida que, con un poco de suerte, puede llevar hasta las rondas finales a equipos que en liga tienen pocas opciones de conseguir una campanada. Los inicios de ambos periodos, jugados de forma infame y sin tensión, permiten la remontada del Deportivo de La Coruña que venció 3 a 1 en Riazor, haciendo que el 1 a 0 del Villamarín no sirva para nada, y vuelve a poner en entredicho a todos los estamentos del club, desde la presidencia a la plantilla, sin olvidar al secretario técnico.

Y no puede decirse que Víctor tirara la Copa. El equipo que sacó en Riazor tenía a casi todos los titulares que vienen actuando en las últimas semanas, exceptuando a Joaquín, lesionado, Adán, en Sevilla por decisión técnica, y Rubén Castro, en el banquillo. Pero estas son ausencias de demasiado peso para una plantilla con tantas carencias como la verdiblanca, a pesar de un nuevo buen partido de Dani Ceballos. Se demostró en el inicio del encuentro cuando cualquier equipo con ventaja en la eliminatoria, debe esperarse la salida en tromba de su rival, contrarrestándolo de varias formas, ya sea con repliegue e intensidad defensiva o a través del balón y transiciones ofensivas. Ni una cosa ni la otra. La defensa verdiblanca volvió a mostrar su lado más feble, primero por el carril de Piccini que demostró una vez más sus carencias ofensivas, y después con el balón parado, faceta en la que llegó el gol que empataba la eliminatoria a los 11 minutos. Y pudo ser peor si Dani Giménez no actúa en una nueva jugada deportivista por el flanco derecho visitante.

En ese momento apareció la figura de Dani Ceballos. El utrerano se echó el equipo a la espalda y movió la pelota con autoridad, comenzando a crear el Betis peligro con hasta cuatro ocasiones clarísimas para Sanabria, Piccini y Álex Alegría. El conjunto verdiblanco monipolizaba la posesión de la pelota y apenas sufría atrás salvo por pérdidas de balón. Quizás ahí estuvo la eliminatoria, como hizo posteriormente referencia Víctor en rueda de prensa al referirse como "falta de contundencia en ambas áreas", en este caso en la contraria.

La segunda parte no pudo comenzar peor. El Betis volvió a tirarse al callejón y dejó huecos al Dépor que aprovechaba ambos flancos para llegar al área. En un córner, Luisinho, el "amigo" del entrenador verdiblanco, se tomaba su venganza con un golazo al aprovechar un rechace al borde del área para consumar la remontada. Poco después, la eliminatoria parecía vista para sentencia tras un error grosero de Piccini que se dejó ganar la posición por Babel en un balón bombeado y sin aparente peligro real. Cuando desde el banquillo se preparaban los cambios, con Rubén Castro entre ellos, una nueva jugada entre Ceballos y Durmisi, terminó con gol de Piccini, curiosa la dualidad defensa-ataque del futbolista italiano.

Se abría la eliminatoria nuevamente con 20 minutos de tiempo disponible. El Betis se tiró arriba con Rubén, Jonas Martin y, más tarde, Felipe Gutiérrez. Y las tuvo claras tanto el primero como el segundo. Sin embargo, atrás sufría también las contras locales que inclusó falló un penalti en las botas de Joselu. Los últimos minutos, los del supuesto arreón, no llegó siquiera a eso. El Dépor tiró de experiencia y durmió el partido ante la permisividad arbitral y la desidia de los jugadres verdiblancos.

Golpe importante para los aficionados béticos que finalmente pasarán unas Navidades amargas con su equipo que sigue demostrando carencias que salen a relucir especialmente fuera de casa donde no ha ganado desde la llegada de Víctor. Todo está en entredicho una temporada más en el Betis, y van....

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.