El Sevilla en caída libre

La última visita del Sevilla al Vicente Calderón era una oportunidad para desechar las malas sensaciones de los últimos partidos, incluido la eliminación de la Champios League pero, sin embargo, ha dejado un regusto muy amargo entre sus seguidores. Derrota por 3 a 1 sin paliativos frente al principal rival para subir al tercer cajón del podio de la liga, una vez desechada la quimera de luchar por el trofeo de la regularidad con los grandes Madrid y Barcelona. Y menos mal que Real Sociedad, Villareal y Bilbao perdieron sus respectivos encuentros y se mantienen a 9 puntos sino las alarmas estarían encendidas.

Per haría bien el Sevilla en mantenerse alerta frente a sus perseguidores porque la imagen que transmite es, cuanto menos, preocupante. Mientras los visitantes tocaban a un ritmo cansino sin apenas crear peligro, el Atlético de Madrid proponía un estilo futbolístico diferente basado en presión y defensa con salida rápida en ataque para llegar lo antes posible a la meta defendida por Sergio Rico. El resultado final, sin contar las propias sensaciones, dejó a las claras qué estrategia salió mejor...

Apostó Sampaoli por un once reconocible en el que Lenglet entraba por Pareja como principal novedad. Pero, en uno de esos ataques de entrenadores tan frecuentes hoy en día, el técnico argentino colocó a Escudero como acompañante de N´Zonzi en el medio del campo, dejando a Sarabia y Mariano como Carrileros, con Vitolo y Nasri con libertad de movimientos y Ben Yedder en punta. El experimento no salió nada bien, y los Koke, Saúl, Gabi y compañía se comieron el centro del campo sevillista más que nada por el ritmo cansino que permitía que con lo mantener la posición, robaran el balón y lanzaran rápidos ataques a dos balas llamadas Gameiro y Griezmann.

Sin embargo, paradojas del destino, los goles de los colchoneros llegaron a balón parado, otro de los puntos débiles de este Sevilla que parece desconocer que Godín es el principal rematador de faltas laterales y córner. Como se demostró cuanto entró solo para rematar a placer en el segundo palo en el 1 a 0. Pero antes de eso Gameiro había estrellado una vaselina en el larguero y Griezmann había fallado un mano a mano que le ganó Ricó, el mejor de los sevillistas. Entre medios un penalti protestado por los visitantes que hubiera significado expulsión de Oblak y un cambio de guión en el partido, pero se quedó en el limbo simplemente porque no fue nada.

Si le quedaba alguna esperanza al Sevilla de sacar algo positivo del Calderón viendo el juego desplegado, se esfumó con el gol de Godín. Movió ficha Sampaoli con su clásica sustitución en el descanso y el consiguiente cambio en el sistema de juego con la entrada de Jovetic por Lenglet, pero a ese ritmo es imposible superar a un equipo como el Atlético de Madrid donde empezaban a asociarse con peligro Carrasco y Griezmann que sumaron dos acciones de peligro desbaratadas por Rico. Sin embargo, el portero del Sevilla nada pudo hacer ante un magistral lanzamiento de falta a la escuadra del delantero francés que puso el 2 a 0 en el marcador.

El gol fue una pesada losa para los sevillistas que pudieron recibir un correctivo mucho mayor aunque su rival levantó el pie del acelerador tras el tercero de Koke a puerta vacía tras rechace del portero visitantes. Ni siquiera el gol de Correa, en la única jugada que el Sevilla trenzó con velocidad y pocos toques, sirvió para apenas maquillar un resultado que el que además pierden el goal average particular.

Diez partidos le quedan al Sevilla para intentar levanta el ánimo de su tropa. Quizás el parón por las selecciones le venga bien a Sampaoli y los suyos para regenarse y darle sentido a un juego que ha perdido mucho más que a Nasri.