Rafael I España y X de Francia

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Nadal

Para quien dudara aún que Rafael Nadal Parera es el mejor tenista de la historia en tierra batida, solo tuvo que presenciar 2 horas y 5 minutos de puro tenis en la final de Roland Garrós. O quizás ver el partido de semis cuando destrozó al que dicen reinará en la arcilla roja en los próximos años. O puede que ver el recorrido de nadal en el torneo parisino en 2008 o 2010 le sea suficiente. El manacorí masacró a Stan Wawrinka con un contundente 6-2, 6-3 y 6-1 en una lección de tenis mucho más del físico y la mentalidad que se le atribuyen como principales características. Supera a Sampras en Grand Slam conseguidos y se quedo a solo tres juegos de igualar la marca de Björn Borg en 1978 en juegos concedidos a sus rivales durante el torneo (35 de Nadal frente a 32 del sueco). Y lo que te rondaré morena.


Rafael Nadal conquistó su décimo título de Roland Garros con la suficiencia de los elegidos ante un incrédulo Wawrinka, ganador de las 3 finales que jugó, que no sabía si comerse -literalmente- una bola o romper la raqueta para cambiar su suerte. El inicio de partido ya fue una declaración de intenciones. Nadal ganó en blanco el primer juego con su saque y al tenista de Lausanna le costó ganar a continuación sacando. Sin embargo el balear estaba frío e impresiso por lo que el partido estaba igualado a pesar de tener 4 bolas de breaks en el cuarto juego... hasta el 2 a 2.


Moviendo a Wawrinka de lado a lado con bolas altas y spin de diabólico efecto, el manacorí fue sacando de la pista al suizo hasta lograr el break que supuso el 4 a 2. A partir de ahí voló y en poco más de 40 minutos se hizo con el primer sets. A su repetorio desde el fondo de la pista le unía la potencia con el saque, con el que apenas pasó apuros. Hasta la grada, fría e igualitaria al principio, se fue calentando y tomando partido por Nadal ante puntos fantásticos e imposibles, excepto para Don Rafael.


El plan de Wawrinka, que intentaba por todos los medios evitar peloteos largos, se hacía trizas ante la precisión de la derecha de Nadal y los cruzados de revés, que lo movían de lado a lado impidiendo que conectará golpes duros con su derecha. El español era un torbellino que no dejaba respirar al suizo, ni una opción de meterse en el partido. Hasta el punto de tener que aplaudir una derecha imposible de Nadal, pegado a la publicidad lateral del estadio, que pasó con un ciclón hasta planear justo hacia la "T" que marca las líneas del campo de juego. Stan, como se conoce al suizo, terminó por hacerse el Harakiri cuando a la desesperada empezó a jugarse casi todas las bolas a golpes de su derecha. Ya era tarde, perdió el segundo set e iba por detrás en el tercero. Ni el paso por vestuarios d Wawrinka, intentando aclarar sus ideas y enfriar las de Nadal, sirvió, porque el campeón español hizo brak nada más entrar en la pista.


El final, el que tantas veces hemos visto. Hasta 10 para ser concreto. Nadal se tumbaba en "su" arcillo roja, en el escenario que mejor maneja ante la mirada de familiares y amigos, con el público francés rendido ante su rey. Era su décimo Roland Garrós, su decimoquinto 'Grand Slam' (el primero en tres años) y se convierte en número 2 del mundo. Además, la organización premió su hazaña y le entregó una réplica exacta de la Copa de los Mosqueteros que Rafa entregó a su tío Toni. "Nada de esto hubiera sido posible sin tí", le espetó cuando se la entregó, humilde, como cuando en 2005, se alzó por primera vez con su torneo favorito.


Es Rafael Nadarl Parera. Rafael I de España y X de Francia.

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