El Sevilla con pie y medio en la fase de grupos de La Liga de Campeones

El nombre del Sevilla F.C. parece que estará en el bombo del sorteo de la fase de grupos de la liga de Campeones por tercer año consecutivo. Sin levantar las campanas al cielo, parece muy complicado que el peleón equipo turco del Istambul Basaksehir pueda ganar por dos goles de diferencia en el Sánchez Pizjuán el próximo martes, especialmente si el conjunto nervionenese juega al nivel de la primera parte, con un genial Banega escoltado por Pizarro y N´Zonzi.

Apostó Berizzo por el mejor once que tiene, teniendo en cuenta la baja forma aún de Nolito, Kjaer y Navas, con Sergio Rico; Mercado, Pareja, Lenglet, Escudero; Pizarro, Nzonzi, Banega; Montoya, Correa y Ben Yedder. Sin embargo, el Istambul Basaksehir sorprendió en los primeros minutos al Sevilla con un alto ritmo, apoyado por el estado del césped, muy rápido, debido a las fuertes lluvias que tuvieron lugar antes y durante el encuentro. Así, el portero sevillista tuvo que lucirse a disparo de Mossoró tras jugada de Elia, una pesadilla para la defensa. No enlazaba 3 pases seguidos los jugadores visitantes hasta que, en la primera ocasión, Escudero marcó de zurdazo cruzado tras buena jugada colectiva. A partir de ahí, Banega cogió la batuta para hacer al Sevilla dominador total del juego. El único problema, ya detectado en pretemporada y que arrastra del pasado año, la falta de contundencia en ataque. Hasta tres ocasiones claras tuvieron los sevillistas en las botas del propio Banega, Ben Yedder y, especialmente, un mano a mano de Correa. Al descanso resultado corto.

Y así se demostró nada más salir de vestuarios. Los turcos dieron un paso adelante y el Sevilla se encogió. Apoyados en un eléctrico Elia, el Istambul Basaksehir tuvo dos ocasiones claras antes de que el extremo pusiera las tablas en el marcador y metiera el miedo en el cuerpo a los sevillistas. Ahí apareció la figura de Sergio Rico para abortar los intentos de los turcos, en mejor forma física que los jugadores sevillistas, que parecían fundidos. Lo peor no fue que el gol, sino la falta de capacidad de reacción que mostraron los de Nervión, por mucho que Berizzo sacara al campo a Vitolo.  Cuando parecía bueno el empate fuera de casa, una asistencia precisa de Navas, en el segundo balón que tocaba, permitió a Ben Yedder definir con calidad de tacón y dar medio pase a su equipo en el minuto 84. No dio tiempo a más.

Paso firme del Sevilla que tendrá que confirmarlo el próximo martes en su estadio y ante su gente. Si no ocurre nada extraño, volverá a codearse con los mejores equipos del continente europeo un año más.