Las variables a tener en cuenta a la hora de elegir una hipoteca

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Hipoteca

Una hipoteca es un compromiso que, en muchos casos, acompaña a las personas durante buena parte de sus vida, por ello es aconsejable elegir la que más se adapta a las necesidades y particularidades, para que convivir con ella sea una tarea llevadera. En esa elección deben tenerse en cuenta una serie de factores como el precio del producto o la suma que tendremos que dedicar a dicha hipoteca cada mes, datos que puede obtenerse gracias a herramientas como el simulador de hipotecas. Sin embargo, existen una serie de elementos que deben ser analizados antes de embarcarse en la aventura de las hipotecas.


Uno de estos elementos es el tipo de interés. Se trata de un factor que es muy importante conocer para ver si conviene según los ingresos y estabilidad económica del solicitante. Al contrario de lo que pudiera pensarse, el tipo de interés más bajo no tiene por qué significar necesariamente que esa hipoteca sea la que más conviene. En el mercado actual, encontramos con tres tipos de hipotecas según el interés al que están referenciadas: a tipo variable (el interés se halla en base a un índice que en el caso de nuestro país es casi siempre el euríbor; este, según sus variaciones, será el que fije la cuota mensual que el cliente deberá pagar cada mes a su banco), a tipo fijo (cuyo interés se mantiene igual durante todo el pago de la hipoteca, independientemente de las subidas y bajadas del mercado) y, por último, a tipo mixto (caracterizados por aplicar un tipo de interés fijo en los primeros años, pasando a un interés variable, fijado de nuevo por el euríbor, en los siguientes años).


Otra de las claves son los ingresos habituales del solicitante. Para poder saber si una hipoteca supone o no un riesgo para la economía de la persona que solicita la hipoteca, lo primero que se debe hacer es realizar un análisis de los ingresos. Se trata de calcular de manera más o menos precisa el saldo con el que se va a contar en la cuenta bancaria, como mínimo, cada mes, durante los años que dure la hipoteca. Esto va a depender, evidentemente, de factores relacionados con la situación laboral (en paro o trabajando, con un contrato indefinido o temporal, ingresos idénticos cada mes o variables...) y los gastos habituales o sistemáticos (alquiler, otras hipotecas, alimentación, transporte, etc.).


No hay que olvidar una de las primeras cuestiones que el solicitante pregunta a la entidad bancaria: el coste mensual de la hipoteca. Para calcular este gasto, los simuladores son una herramienta muy práctica, ya que ofrecen resultados claros y precisos ofreciendo detalles referentes a las cuotas, el sistema de plazos y los intereses de partida. Una vez se obtengan estos datos, se debe compararlos con los del apartado anterior.


Por último, los diferentes tipos de comisiones también deben tenerse en cuenta a la hora de contratar una hipoteca. Existen varios tipos de comisiones a los que hay que hacer frente y que implican un gasto adicional. Es el caso de las comisiones de apertura y estudio, que se pagan al comienzo de la vida de la hipoteca, y se corresponden con el pago de los trámites que gestiona el banco para formalizar la hipoteca y con las gestiones necesarias para comprobar la solvencia del cliente, respectivamente. Otro tipo de comisión es la comisión de desistimiento, una cantidad que nos puede exigir el banco si anulamos una hipoteca antes de terminar la devolución del dinero.


Sea cual sea la entidad bancaria o el tipo de hipoteca que solicitemos, el solicitante se encontrará con estos factores que debería estudiar con mantenimiento antes de estampar su firma en el contrato.

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