Todos los detenidos pertenecen a una familia conocida como 'clan de los chorizos'.
Las investigaciones se iniciaron en mayo en el marco de la 'Operación divina'.
Los tres integrantes de este grupo --una madre y sus dos hijos mayores de edad -- "contaban con una sólida infraestructura que les permitía producir la droga y distribuirla entre los potenciales consumidores".