La tecnología ha evolucionado hasta el punto de que es posible someterse a un trasplante capilar sin dolor, con una pequeña molestia que hará que el proceso sea todavía más sencillo. El injerto capilar 'Turquía' está a la orden del día en este tipo de intervención.
El trasplante capilar convencional se llevaba a cabo con la clásica anestesia local de toda la vida. Estamos hablando de un sistema en el que se perforaba la piel utilizando una aguja para que la sedación pudiera hacer efecto. El problema de este método es que resultaba incómodo para el usuario; tanto a la hora de visualizar la aguja, como al sentir el dolor en el momento en el que se aplica. Y no solo eso, la zona de la cabeza tiene muchas terminaciones nerviosas, lo que puede hacer que un simple golpe o tirón pueda provocar un dolor intenso.
Es entonces cuando aparece la técnica de injerto capilar indolora. Conviene matizar que no es completamente indolora, pero lo máximo que sentirá el paciente será una leve molestia (en cualquier caso, nada que ver con el tratamiento convencional). El elemento que se utiliza para aplicar la anestesia es una pistola de aire comprimido que se aplica directamente sobre la piel. Se activa y se produce la vaporización de la sedación, llegando así a la zona de la epidermis deseada, evitando que se acumule o que cause dolor. Estamos hablando de un sistema que se utiliza ya con éxito desde hace algunos años, y que no entraña ningún riesgo de cara al paciente.
Las ventajas de la anestesia sin dolor frente a los sistemas convencionales son:
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