El análisis de péptidos acometido al esmalte dental de dicho esqueleto es una técnica novedosa que permite, al igual que el ADN, identificar el sexo cromosómico de los restos óseos, pero que a diferencia de aquel, no presenta tantos problemas de contaminación de las muestras.
La Consejería de Desarrollo Educativo ha acordado la nueva denominación específica de "Dama de Marfil" para el instituto de educación secundaria (IES) de Castilleja de Guzmán (Sevilla), fruto de la reforma y adaptación del antiguo Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Argantonio; dedicando así este centro a la figura descubierta por la investigación científica según la cual los restos óseos del que fuera considerado como el "gran mercader de marfil" del dolmen de Montelirio, enclavado en este municipio y legado de la Edad del Cobre, corresponden a una mujer y no a un hombre como se pensaba anteriormente.
Así figura en una orden dictada el pasado 19 de julio por la consejera del ramo, Patricia del Pozo, y recogida por Europa Press, merced al "expediente de solicitud de denominación específica, remitido por la Delegación Territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad, Investigación e Innovación en Sevilla, y a propuesta del director general de Planificación, Centros y Enseñanza Concertada".
La citada investigación, titulada 'Amelogenin peptide analyses reveal female leadership in Copper Age Iberia (c. 2900-2650 BC)', fue promovida por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, en colaboración con la Universidad de Viena y el departamento de Medicina de dicha institución; siendo la misma publicada en la prestigiosa revista Scientific Reports, del grupo Nature.
EL 'THOLOS' DE MONTELIRIO
En tal artículo se daban a conocer los resultados del análisis de péptidos realizado en el esmalte dental del esqueleto localizado en un enterramiento individual descubierto en las inmediaciones del 'tholos' calcolítico de Montelirio, enclavado en Castilleja de Guzmán, hallado en 1998 y caracterizado por un corredor de unos 39 metros de longitud.
Se trata del cadáver de una persona de entre 17 y 25 años de edad localizado en una estructura funeraria, junto con un rico ajuar en el que destacaban un colmillo de elefante africano cuidadosamente colocado alrededor de su cabeza, un gran plato de cerámica situado a su espalda, 21 filos de sílex, una hoja de daga de dicho mineral y enmangue de marfil y, además, una pieza de ámbar que habría decorado la empuñadura del cuchillo.
Además, el ajuar mortuorio incluía dos recipientes de marfil, diversos fragmentos de dicho material y un pequeño puñado de cobre, siendo años atrás atribuidos estos restos humanos a un "gran mercader de marfil", miembro de un "linaje de prestigio e influencia".
NUEVOS MÉTODOS
El análisis de péptidos acometido al esmalte dental de dicho esqueleto es una técnica novedosa que permite, al igual que el ADN, identificar el sexo cromosómico de los restos óseos, pero que a diferencia de aquel, no presenta tantos problemas de contaminación de las muestras.
Fruto de dicho análisis, los autores de esta investigación determinaron que los citados restos óseos atribuidos a un gran "mercader de marfil" corresponden a una mujer y no a un hombre.
En un momento en el que la mayoría de los enterramientos eran colectivos, los restos de esta mujer joven de entre 17 y 25 años fueron depositados en una cámara individual. Este carácter individual de la tumba y el extraordinario conjunto de objetos depositado junto a ella hacen pensar que la "Señora del Marfil", como han sido rebautizados estos restos; tenía una posición social destacada.
Durante 200 años, la zona alrededor de su tumba fue utilizada como espacio funerario y de culto, pero siempre respetando un espacio de unos 35 metros alrededor de aquella, lo que sugiere que la memoria y recuerdo de su existencia e importancia se mantuvo durante al menos entre ocho y diez generaciones. Además, la escasez de enterramientos infantiles, así como la falta de ajuares funerarios asociados a individuos no adultos, sugiere que los individuos con alto estatus alcanzaban su posición social a través del mérito en vida, y no por herencia familiar.
"LA COMPLEJIDAD SOCIAL"
"Creemos que es uno de los descubrimientos más importantes de las últimas décadas para entender la complejidad social temprana entre las sociedades neolíticas y calcolíticas de Europa", manifestaba el profesor del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad hispalense Leonardo García Sanjuán.
Por su parte, la profesora Marta Cintas Peña exponía que "esta técnica científica supondrá un enorme salto adelante en el conocimiento que tenemos sobre las sociedades prehistóricas y muy especialmente sobre las mujeres y los individuos infantiles, a quienes tradicional e injustamente se ha situado en un segundo plano".
Los responsables del trabajo subrayaban así que no se ha encontrado ninguna tumba de un hombre con un estatus social equivalente al de la "Señora del Marfil". La única tumba de la Edad del Cobre de la península ibérica comparable se encuentra igualmente en el yacimiento de Valencina-Castilleja de Guzmán y contiene los restos de al menos 15 mujeres: tratándose del propio 'tholos' de Montelirio, en cuyo entorno se sitúa esta inhumación individual en cuestión.
Todo ello sugiere, según este trabajo, que las mujeres ocuparon posiciones de liderazgo en la sociedad ibérica de la Edad del Cobre e invita a replantear las interpretaciones del pasado y, especialmente, el rol de las mujeres en los procesos de complejidad social.
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