​El Valme incorpora la lectura de cuentos a neonatos para favorecer su neurodesarrollo

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La iniciativa afianza el liderazgo de la Unidad de Neonatología del centro hospitalario en programas de humanización asistencial


Neonatologia  Valme

El Hospital Universitario de Valme de Sevilla ha incorporado la lectura de cuentos a neonatos como iniciativa que favorece el desarrollo neurológico y cognitivo de los recién nacidos junto a su contribución para fortalecer el vínculo familiar. A los beneficios asistenciales, la Unidad de Neonatología le suma a este programa su valor en humanización asistencial.

La iniciativa es fruto de varios motivos. Parte de la defensa que sus profesionales hacen de la lectura, lo cual propició inicialmente la puesta en marcha de una biblioteca nutrida de donaciones de los propios trabajadores. A ello se sumó el conocimiento de proyectos en dos hospitales nacionales donde ya se practica la lectura dentro de los cuidados centrados en el desarrollo. Se trata del madrileño hospital 12 de octubre y del catalán Vall d'Hebron. Y, finalmente, estos profesionales revisaron la literatura existente para avalar científicamente sus beneficios.

En consecuencia, como explica la supervisora de enfermería de la Unidad de Neonatología, Inmaculada Romero, “pensamos que nuestros prematuros también podrían disfrutar de esa lectura compartida y beneficiarse de las grandes aportaciones de la medida”. De este modo, el pasado 23 de abril se instauró ese programa celebrando la efeméride del `Día Internacional del Libro´. La biblioteca está localizada en una sala de descanso de los padres donde pueden elegir diversos títulos.


Beneficios de la lectura para los neonatos

La lectura a neonatos, especialmente prematuros, está considerada como portadora de múltiples beneficios. Los especialistas subrayan la estimulación del desarrollo neurológico y cerebral, incentivando las conexiones neuronales esenciales para el aprendizaje y la cognición. Al mismo tiempo, le adjudican su contribución para enriquecer el lenguaje, mejorando la atención y la memoria hasta los tres años de edad.

También entre sus atributos, subrayan su capacidad para reducir la ansiedad y el estrés en los bebés, favoreciendo un mejor sueño y la disminución del dolor. A ello suman su ayuda para fortalecer el vínculo afectivo entre el neonato y sus padres, lo que contribuye a la regulación emocional y al desarrollo cognitivo a largo plazo. Y, finalmente, subrayan su potencialidad para compensar la falta de estímulos auditivos naturales que sufren los prematuros al nacer antes de tiempo, reestableciendo la relación con los padres previa durante la gestación.

Por otro lado, una de las tesis más consolidadas entre los argumentos que abogan por la lectura es la denominada ‘brecha de los 30 minutos´. Si un menor de tres años está en un entorno sociocultural limitado, habrá escuchado 30 millones de palabras menos que un menor de una familia sociocultural con nivel año. Hay una relación directa entre las horas que han dedicado los padres a los cuentos y los resultados académicos a los 8 y 9 años, vinculados posteriormente con la vida académica adulta. Por tanto, concluyen: un cuento es el puente que ayuda a que el niño se exponga al lenguaje rico en palabras y con buenas estructuras; dado que los cuentos tienen un léxico y un vocabulario diferente a cuando hablamos a los recién nacidos.


La lectura recrea el ambiente uterino con las voz de sus progenitores

Está constatado que la lectura es una herramienta para estimular la actividad cerebral, aumenta su reserva cognitiva y proporciona beneficios como el estímulo de la empatía, la concentración o el desarrollo del lenguaje. En este sentido, las sociedades científicas recomiendan a las familias que lean a los niños, aprovechando los primeros seis meses de vida porque es cuando más actividad hay en la zona del lenguaje del cerebro.

Al respecto, la evidencia científica demuestra que la lectura es especialmente beneficiosa en los prematuros; ya que reduce los niveles de ansiedad, se refuerza el vínculo con su progenitores y favorece significativamente su desarrollo cerebral. Y es especialmente útil, según destacan los especialistas, en el área del lenguaje al ser uno de los ámbitos en los que se ven más afectados los prematuros más extremos.

En este marco, el jefe de servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Valme, Juan Diego Carmona, recuerda que “el período neonatal es un momento crítico para el desarrollo y debemos ofrecer al bebé los estímulos adecuados para potenciarlo, siendo las voces de sus progenitores los mejores estímulos auditivos que pueden recibir”.

Es por ello que los profesionales especializados en el ámbito de la Neonatología conceptúan la lectura como el enlace para recuperar el contacto que tenía el neonato con la madre durante el período de gestación. Inmaculada Romero destaca que “en el útero, el bebé escucha la voz de la madre y de las personas con las que se relaciona como estímulos para desarrollar su cerebro; pero la prematuridad rompe esos estímulos; mientras que en una incubadora escuchan otros sonidos y silencios que son compensados con la lectura de sus progenitores ayudando a restablecer esta relación”.

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