El Ministerio de Defensa ha anunciado este jueves la expulsión de las Fuerzas Armadas del integrante de La Manada que era militar, Alfonso Jesús Cabezuelo.
El joven sustrajo unas gafas de sol y embistiendo posteriormente con su coche a dos vigilantes de seguridad al huir del recinto.
Se abrirá un expediente informativo al operario que permitió su entrada.
Los vigilantes de seguridad ratifican su denuncia contra el miembro de La Manada.
Boza ha comparecido este jueves por la tarde ante el juez titular del juzgado de Instrucción número 16 de Sevilla, auque se ha acogido a su derecho de no declarar.
El presunto autor de los hechos, que acometió con su coche contra los vigilantes de seguridad,
tiene en vigor una suspensión del permiso de conducción
El pasado 24 de julio se hizo público el auto por el que la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra rechazó el reingreso en prisión solicitado por la fiscalía y las acusaciones para el guardia civil.
La situación del guardia civil Antonio Manuel Guerrero será objeto de resolución en otro auto.
Defensa levanta también la suspensión del militar de 'La Manada', pendiente de destino a falta de sentencia firme.
La Audiencia Provincial de Navarra decidirá en los próximos días si mantiene en libertad al guardia civil condenado por abusos.
El letrado del Ayuntamiento, Víctor Sarasa, ha considerado que "hay motivos suficientes para revocar el auto de libertad provisional.
Recordamos que los cinco jóvenes deben acudir a firmar tres veces en semana.
Su abogado lamenta el "bulo" levantado y explica que acudió a Comisaría para saber qué debía hacer con su pasaporte caducado.
La víctima de La Manada llama a denunciar y a no "bromear" con la violación. "Nadie tiene que lamentarse de beber, de ir sola a casa o llevar una minifalda".
Los cinco condenados se encuentran en Sevilla desde el pasado sábado después de que abandonaran un día antes los centros penitenciarios en los que se encontraban recluidos.
La vista se celebra después de que las defensas solicitaran la libertad a la espera de que haya una sentencia firme.
Por su parte, el abogado de la víctima asegura que aún no ha decidido si recurrirá la sentencia.
Cientos de personas se han reunido al grito unísono de "no es abuso, es violación".
Las acusaciones pedían más de 20 años de cárcel por agresión sexual, delito contra la intimidad y robo con intimidación.
El tribunal toma esta decisión por el riesgo de fuga y de reiteración delictiva existente.